viernes, 5 de febrero de 2016

Mateschef

Este año los Reyes Mayos me ha traído el libro: Mateschef, de Claudi Alsina.


Se trata de un libro para aprender matemáticas cocinando... o para aprender a cocinar calculando. ¡Lo que faltaba! ¿eh? ¿Para comer o cocinar también necesitamos matemáticas? Noooo, tranquilos. Afortunadamente la humanidad ha logrado guisar y comer desde siempre sin saber grandes cosas. 

El objetivo del libro es divertirnos mientras aprendemos un poco de matemáticas. Nos descubre la importancia de la ciencia en utensilios como las latas de conserva, el wok o la olla a presión y cómo ver con otros ojos verduras con formas fractales. Además nos enseña cómo aplicar las recetas de un libro a nuestro número de comensales y cómo aprender a hacer dieta de forma más efectiva. 

Como sabéis, los números están presentes en las etiquetas, en las cantidades, en los volúmenes, en las temperaturas de cocción,... ,pero también hay una geometría de los objetos y de los ingredientes. En la cocina hay que hacer reglas de tres, sumas y porcentajes y, por supuesto, es muy importante la economía doméstica en el carro de la compra. 

Todos somos cocineros y comensales y por tanto el libro quiere ser de interés para cualquiera que desee ver esas relaciones curiosas entre geometría y cocina. 

Hace un par de noche estaba leyendo dicho libro y me encontré con la siguiente página:


Como podéis leer explicaba un problema al que cuatro matemáticos le dedicaron parte de sus investigaciones: ¿Cómo envolver una esfera con la menor cantidad de papel posible, según la forma del papel? Así, si el radio de la esfera es R, el lado del cuadrado mínimo con que podemos envolverla es raíz de 2 por Pi por R.

Pero si destaco esto, no es por el resultado en sí, si no porque en EuroCG'07, el último al Congreso Europeo de Geometría Computacional al que yo asistí, celebrado en Graz (Austria), pude asistir a la exposición de este resultado. Fue una magnífica presentación realizada por E. Demaine y S. Lagerman, quienes terminaron endulzándonos la sesión con un Mozartkugel.  ¡Qué recuerdos! :-D



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